Vamos a complicar un poquito el escenario. Después de todo, en una ciudad hay más modos más allá de caminar y tomar el autobús. En algunos municipios o áreas metropolitanas continuas también tenemos, por ejemplo, el tren. Para no liar (demasiado) el gráfico, dibujaré exclusivamente la línea del tren que marca la media de velocidades.
Ahora tenemos dos cruces de líneas: caminar con autobús, y autobús con tren. ¿Cómo se lee esta nueva gráfica?
Significa que, para rutas urbanas, caminar es más rápido si vas a menos de 1,5 kilómetros de distancia; seguido de usar el autobús hasta una distancia de 2,25 kilómetros, y de ahí en adelante lo más rápido es el tren.
Si caminas más o menos rápido, hay más o menos frecuencia, o las paradas están más o menos espaciadas, todo esto cambia de forma ligera, moderada o importante.