Pero podemos ir un poquito más allá, agregando un nuevo modo de transporte: el autobús urbano. Y digo urbano por un motivo clave: esta gráfica es exclusiva para lo que ocurre DENTRO de un municipio, en el interior de su perímetro. Muchos municipios, por supuesto, no tienen distancias interiores de 6 kilómetros, o esta distancia agrupa también otras áreas urbanas (es lo que pasa en un área metropolitana) y hablaremos de ello un poco más adelante porque tiene su miga.
Pero vamos a lo que vamos: ahora en la gráfica vemos la línea de la movilidad del autobús urbano, en naranja.
Como ya ocurría con el caminar, el autobús tiene una línea y un cono. La línea muestra los 13,32 km/h de media en urbano que se hacen en España, con datos de Eurostat, que se muestra como línea de pendiente en naranja. Pero, si te fijas con atención, el autobús no parte del punto (0,0), cero kilómetros en cero minutos, sino del punto “cero kilómetros, doce minutos y medio”. Esta es la frecuencia media en autobús urbano en España.
¿Qué pasa si el autobús tiene menos frecuencia? Pues que la línea y el cono sube (línea gris de arriba). El tiempo de trayecto aumenta.
¿Qué pasa si el autobús tiene más frecuencia? Pues que la línea y el cono bajan (línea gris de abajo). El tiempo de trayecto disminuye.
¿Qué pasa si el autobús tiene su propio carril dedicado sin coches en el que poder circular sin atascos? Entonces tenemos el BRT o autobús de tránsito rápido, que en la gráfica aparece representado con una línea discontinua naranja. Como el BRT es la forma más rápida de desplazamiento en autobús, ocupa la línea inferior del cono de velocidades del autobús.
Como lo deseable en un municipio es que el autobús se desplace a velocidades próximas a 25 km/h, la parte inferior del área naranja se muestra más oscura.