En 2019, la Comisión Europea publicó el informe Sustainable Transport Infrastructure Charging and Internalisation of Transport Externalities, en el que se destacaba que, con cifras de 2016, el total de externalidades de la EU28 ascendía a 987 billones de euros anuales, de los cuales el 29 % eran siniestros viales, el 27 % eran atascos y el 44 % eran daños ambientales (cambio climático, contaminación, ruido, emisiones de pozo a rueda y daño al hábitat). Sin embargo, destaca cómo el transporte rodado, y particularmente el automóvil particular, es «el gran contributor a los costes externalizados, alcanzando el 83 % de los mismos (77 % si se excluyen los atascos): 820 billones de euros anuales.
Echad un vistazo a la tabla, es desquiciante. Las claves son:
1. Por cada kilómetro recorrido en autobús la sociedad paga 3,6 céntimos. (El informe no distingue eléctrico, gas, diésel, etc, obviamente hay diferencia).
2. Tomando esta cifra como base: la sociedad abona 12 céntimos por kilómetro recorrido en automóvil personal, 24,5 céntimos si es una motocicleta y 24,7 céntimos si es un vehículo comercial ligero.
En esencia, las personas que no conducen están bombeando entre cuatro y seis veces más euros por kilómetro a quienes sí conducen. Estamos subvencionando la movilidad más lesiva posible, sin siquiera usarla, vía impuestos.
https://op.europa.eu/en/publication-detail/-/publication/0efedf2c-a386-11e9-9d01-01aa75ed71a1