Tal y como recoge el informe espercial 06/2020 del Tribunal de Cuentas Europeo Movilidad urbana sostenible en la UE; No es posible una mejora sustancial sin el compromiso de los Estados miembros , «La movilidad urbana sostenible es uno de los principales retos que afrontan las ciudades de la UE y un motivo de preocupación para muchos de sus ciudadanos». Asimismo, «existen fuertes vínculos entre una movilidad urbana más sostenible y el crecimiento económico y la reducción de la contaminación del medio ambiente», esto es, hay incentivos económicos, sociales y ambientales para abordar la transformación urbana.
Ya en 2020, «seis años después de que la Comisión pidiera un cambio radical», el Tribunal confirmaba que «no hay indicios claros de que las ciudades estén cambiando fundamentalmente sus planteamientos» y, «en particular no se observa ninguna tendencia clara hacia unos medios de transporte más sostenibles». Concretamente señalaba que «no se ha producido una reducción significativa en el uso del automóvil privado» y, como resultado, «las emisiones de gases de efecto invernadero debidas al transporte por carretera van en constante aumento.
Tenemos todos los motivos existentes para cambiar de modelo de movilidad urbana. Estaremos más sanos, seremos más felices, habrá más equidad, tendremos más opciones, ganaremos en autonomía, se contemplatá infancia y mayores, y se incluirán parámetros feministas.
Pero seguimos sin hacer cambios necesarios, porque tocar el coche sigue siendo un tabú soportado por unos pocos. Apenas un tercio de los españoles tienen permiso de conducción de tipo B, menos aún lo usan, pero son los que hacen más ruido.
https://op.europa.eu/webpub/eca/special-reports/urban-mobility-6-2020/es/