Duele
Son las cinco de la mañana y no deja de doler. Han probado conmigo todos los analgésicos de la farmacia y sigue doliendo.
Lo único que me funciona es estar quieto. Completamente quieto, agazapado en el dolor como un gato esperando el momento de saltar sobre su presa.
Pero no hay otra presa que yo mismo y estoy entre los dientes de una criatura terrible.
Tengo que estar quieto para que no me vuelva a morder.
Y estando quieto duele y duele y duele.
Gracias por acompañarme aquí.