Mañana cumplo sesenta y dos años. 62, de la quinta del 62.
Se lo cuento al enfermero, que tiene 21, y se ha venido de Granada a Barcelona.
Ya tienes novia, no volverás a tu tierra.
Si lo sabré yo que vine en la barriga de mi madre y todavía no he podido volver al sitio donde me engendraron.
62 años de exilio, y justo cuando voy a volver, Barcelona me ata las piernas.
Soy suyo, no quiere dejarme escapar.