En 1930, Keynes pronunció en Madrid una conferencia titulada "Las posibilidades económicas de nuestros nietos", en la que se preguntaba qué pasaría con el mundo de la economía cien años después.
Y Keynes afirmó que la humanidad estaría trabajando "un máximo de 15 horas semanales, en turnos de tres horas al día". Y aún así, decía, "seguirá sobrando riqueza".
Keynes se aferraba a una evidencia: el desarrollo vertiginoso de la industria hace crecer la riqueza con cada vez menos trabajo, así es que, de aquí a cien años (decía en 1930), la Humanidad casi no necesitará ya trabajar.