Me sorprendí
subrayando palabras desordenadas
que me ordenaban a mí
partes de libros
que conocían partes de mí.
Era como una niña
arrojando miguitas de pan
para recordar el camino de vuelta
como una extraña curiosa
descubriendo un nuevo planeta
donde poder habitar.
Cuando no sabes
por qué te has perdido
y olvidaste cómo orbitar
alguien mece la pluma
y cientos de universos
se vuelven hogar.