@CorioPsicologia Ayer por la tarde fui testigo de una incautación de artículos a un mantero africano que aprovechaba la afluencia de turistas para intentar sacar unos euros. La escena fue dantesca: de repente aparecieron dos policías como si fueran leones escondidos atacando a una gacela y le quitaron al chaval todo el género que llevaba. El joven intentó volver atrás, a ver si podía burlar a las policías, pero le amenazaron con una porra y tuvo que abandonar el lugar. Es más, al cabo de un par de minutos había coches de policía peinando la zona, como si no hubiera nada más importante que perseguir a personas que intentan ganarse la vida de la única manera que se les permite y sin molestar a los demás.
Cuando pienso que tenemos a una policía defendiendo los intereses de los grandes capitales (marcas de ropa, accesorios y perfumes inmensamente ricas) y criminalizando a personas que intentan conseguir unos dineritos escasos por artículos de imitación cuyos originales tienen un precio inflado e inasumible para muchas personas, se me cae la cara de vergüenza. ¿Qué daño puede hacer una persona vendiendo artículos de imitación de marcas que forman partes de multinacionales que en su mayoría no respetan los derechos humanos en la confección de sus artículos? No lo entiendo.