Su modelo de Estado es una corporatocracia tecnológica. Lo que propungnan es la división de Estados Unidos en sectores independientes dirigidos por CEOs de manera autócrata, no sujetos a leyes de Gobiernos ni a las influencias de bancos al no operar con monedas tradicionales. Claro, al tomar como modelo de eficiencia a cualquiera de sus empresas de éxito, llegan a la conclusión de la mejor gestión posible de un país es la que más se le parezca, con un Gobierno absolutista de un empresario de éxito que no tenga que responder más que a su consejo de administración. Están convencidos de que el tiempo de la democracia ya ha pasado, y de que ahora ha de llegar otra cosa.
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