Es posible que se me haya ido alguna cantidad, pero os hacéis una idea del ahorro que supone haber decidido no comprar un coche allá por 2004, cuando con mis 18 años recién cumplidos, los estudios en otro municipio y la novia en un tercero, la presión social porque me comprase una lata con ruedas era continua. No haber comprado coche en el momento de mi vida en que mejor habría encajado me ha ayudado a no generar dependencia del mismo (lock-in).
Mi prima y mi hermano, con vidas similares a la mía, vidas de barrio en ciudad, optaron por la compra de sendos coches a sus 18. Ahora dependen completamente de la movilidad en coche porque han construido su proyecto de vida alrededor de este objeto. Ella se deja unos 3400 euros anuales, él unos 2800 euros anuales; amortización de los vehículos a 10 años incluida. Y ninguno abona los costes sociales y externalidades de su movilidad.