Me da mucha rabia porque siempre he visto la cocina como el auténtico corazón de la casa y solía presumir de conservarla intacta (véase el pequeño reportaje que nos dedicaron en 2018 en España Directo y que enlazo aquí).
Pero cuando empezamos a quitar baldosas de la pared ni os imagináis lo mal que estaba aquello. Y las maderas que sujetaban la estructura también estaban afectadísimas por la humedad. O se actuaba sobre ello o se hundía la casa.