Este artículo es parte de una experiencia de aula para ejemplificar cómo unos estudiantes, a manera de seres sociales, aprenden inglés como lengua extranjera en Colombia y también cómo la profesora usa trans[cultura]linguación, un proceso por el cual se construye significado durante una actividad de inglés mientras se comparan variaciones lingüísticas y los estudiantes aprenden más acerca de su cultura y la de otros. Usando conceptos de plurilingüismo y translinguación, este artículo describe cómo la profesora intenta usar un enfoque de justicia social para la enseñanza del inglés al valorar los repertorios lingüísticos y culturales de sus estudiantes. Como conclusión propongo implicaciones para un cambio de paradigma lingüístico desde un marco monolítico de enseñanza de lengua(s) a uno más dinámico en el cual los antecedentes lingüísticos y culturales de los estudiantes sean usados como plataforma para tratar temas relevantes y relacionados con sus comunidades.