Pero claro, los angoleños son negros pero no subnormales.
En uno de los viajes a la metrópoli le detienen por el desfalco y alguna acusación más.
Lo condenan y va a la cárcel, pero dura allí dos meses escasoa pues había defectos de trámite en su juicio, que son cosas que suelen pasarle casi siempre a los más corruptos.
Y entonces se dice, yo pintar pinto muy bien, pero igual no tanto como para pintar billetes de curso legal.
En 54 días en una celda hay bastantes ratos muertos en los que reflexionar y madurar ideas.
Y lo que hace es falsificar un contrato en nombre del Banco de Portugal que le traducen en varias embajadas al francés, al holandés y al inglés los correspondientes traductores jurados y así el contrato va con sellitos de embajadas.
Un contrato para imprimir en la imprenta que le hacía los billetes al Banco de Portugal tantos billetes de 500 escudos como los que había en circulación.