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- Embed this noticeÚltimamente el fediverso ha estado un poco revuelto y ha hecho retomar algunas reflexiones entorno al modelo de nodo y de su gestión.
Mi intención aquí no es valorar en específico los hechos que han causado tensiones últimamente, es una reflexión más general y no pretendo cuestonar a nadie ni juzgar de forma moral a ningún modelo.
Muchas de las instancias del fediverso están financiadas y administradas por una persona (que a veces puede recibir ayudas para moderar), siendo una figura de "dictador benevolente". Personalmente, he podido participar del fediverso habitando en dos instancias así y siempre he agradecido la oportunidad que me brindaron. La mayoría de estas figuras invierten tiempo y dinero de forma altruista, sin monetizarlo. Sin embargo, este modelo tiene unas cuantas debilidades que pueden afectar a la estabilidad de la instancia y a la generación de comunidades autogestionadas y toma de consciencia del uso de infraestructuras colectivo:
1. La vida de la instancia depende de la disponibilidad que tenga el admin. Si de forma totalmente legítima la persona deja de poder pagar o dedicar tiempo a la instancia, esta se encuentra en un enorme riesgo de desaparecer, obligando a sus habitantes a migrar y a "perder" lo que hayan publicado.
2. La administración de una instancia por parte de una persona puede llegar a quemarla, además de la responsabilidad que supone para una sola persona. Hay gente que lo lleva mejor, pero para otras puede ser una carga pesada (lo digo por experiencia propia).
3. La moderación depende de una persona, o en ella reside la máxima autoridad. Esto puede quemar (igual que en el punto 2) y puede dotar a la moderación de un sesgo incluso siendo esta bien intencionada. En mi opinión, cuanto más coral y pausada sea la moderación, mejor.
Ante estas problemáticas, la gestión colectiva de las herramientas las solventaría o aliviaría, garantizando una continuidad que el fediverso y sus fedizens necesitamos. También limitaría el riesgo de decisiones autoritarias, así como protegería la salud mental de las administradoras (es un win-win).
No es oro todo lo que reluce. La gestión colectiva también tiene sus retos. Cuesta mantener la implicación de un grupo y que el proyecto no muera por inactividad. Además, la gestión coral a nivel técnico también requiere de paciencia y de ir más despacio para que el grupo de administradoras participe de forma colectiva.