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Las bombas de calor (aerotermia, tanto aerotermia aire-aire como aire-agua) son sistemas tan eficientes que durante años fueron reconocidas como una fuente de energía renovable más. Sus rendimientos medios rondan el 250 % y el 350 %, aunque por poner un ejemplo de una máquina cuyo coste total de instalación en 2019 fue de 3000 euros: mi máquina doméstica de climatización (aerotermia aire-aire) tiene un rendimiento SEER de 530 % y un rendimiento SCOP del 380 %. Las siglas no son importantes, son solo dos formas de hacer el cálculo de la eficiencia. Pero mi máquina ni siquiera es de las máquinas más eficientes, ya que el mismo fabricante tenía modelos con eficiencias SEER/SCOP del 950 % y 760 %, respectivamente. Me compré la máquina que se ajustaba a mi presupuesto. Lo que significan estos números de rendimiento es lo mismo que con el rendimiento de las calderas: un rendimiento del 300% significa que por cada 1 kWh de electricidad la máquina es capaz de introducir en la vivienda 3 kWh. La bomba de calor es imbatible en eficiencia, y se sospecha que puede llegar a alcanzar rendimientos teóricos del 1400 %, aunque es probable que la humanidad se aproxime a estos números dentro de un siglo, no ahora.