Hoy se cumplen 42 años del día que empecé a trabajar con algo parecido a un contrato. Desde los catorce ya lo hacía sin contrato en verano.
En dos semanas seré oficialmente viejo, y todo apunta que me quedan aún diez años para jubilarme, si es que llego.
El mundo es tan injusto o más que hace 42 años. Los de mi generación hemos hecho lo que hemos podido, y muchos cayeron por el camino.
Nunca pensé que llegaría a viejo. Nuestro lema era que no había futuro, pero el capitalismo era más punk.