La tradición de embellecer los patios cordobeses se afianzó a partir de los años 40, cuando se consolidó el concurso anual que premia a los mejores. Desde entonces, quince días al año casas privadas de los barrios más antiguos de la ciudad (San Agustín, Santa Marina, San Lorenzo, Judería y San Basilio) exhiben sus flores, una actividad que les lleva tiempo, dinero y esfuerzo. Las fotos que he tomado son de patios de la zona de San Basilio, cercana a la Mezquita-Catedral. Largas colas de visitantes se concentran para ver estos espectáculos florales que son un auténtico homenaje a la primavera.