Bueno, pues han funado a Frank Cuesta en el bar nazi porque, OH SORPRESA, han salido unos audios en el que reconoce ser un traficante de animales, a los que solo usaba para sacar dinero.
Bien. Todo lo malo que le pase será poco, pero se celebra igualmente.
Como se suele decir, a veces basta con sentarse para acabar viendo pasar frente a ti los cadáveres de tus enemigos.