A menudo miramos los Estados Fallidos de América en materia de desurbanismo y de movilidad insostenible, pero la vecina francófona no se queda lejos.
En la educada y plurilingüe Canadá hay una empresa cuyo único trabajo es librar a criminales al volante de sanciones de tráfico.
Se llama X-Copper, está formada por ex-policías y su objetivo es destruir la credibilidad policial cuando, preocupados por la ciudadanía, la policía expide una multa porque el conductor ha puesto en peligro a alguien.
El crimen organizado está bastante más organizado de lo que pensamos.
¿Os acordáis de aquella lista, The Blacklist, en la que el protagonista prestaba servicios a delincuentes?