Un ejemplo interesante de cómo bajarse de los privilegios propios ayuda a todo el colectivo es el debate de Muface.
Que funcionarios (trabajadores públicos) tengan un sistema de sanidad privada, financiado en parte con dinero público es un sinsentido. Es un privilegio absurdo que además desmonta más el sistema de sanidad pública.
Pero todos aquellos funcionarios que han elegido la Sanidad Pública en vez de Muface han planteado un debate: ¿y si lo desmontamos?