“Dicen que por lo que nos ha pasado somos refugiados climáticos, Carmen”, se despide Antonio, mientras no para de moverse de un lado para otro ayudando a reparar su casa y las de sus vecinos.
Así termina este artículo, que continúa un debate que tuvimos este verano sobre los refugiados climáticos dentro del propio territorio español. Creo que mucha gente lo va a tener más claro después de lo que está pasando: