Hoy he conocido la historia de un activista afgano llamado Matiulah (no estoy segura de cómo se escribe porque lo he visto de varias formas) que lleva 15 años fundando escuelas clandestinas para niñas y se ha recorrido el país concienciando pueblo por pueblo de la importancia de que las niñas estudien. Los talibanes le detuvieron hace unos días. No sé, hay gente en este mundo que sobrepasa conceptos, inspirador queda ridículo para describir a un hombre así. Ojalá esté bien, consiga prevalecer, llevar a cabo su labor y viva cien años sin que le falte de nada.