Mastodon, mastodon! Probablemente hayáis visto #lodetelegram, pero si no, resumen rápido: Durov ha anunciado que va a meter #Grok en #Telegram este verano a través de su canal (@durov). Podéis ver una captura aquí: https://neopaquita.es/@korrok/114585525534349674 Aún así, el vídeo es para verlo y escuchar la música distópica del anuncio. La enmierdificación ha llegado al chat con tu abuela: https://es.wikipedia.org/wiki/Decadencia_de_plataformas
A lo que voy: si esto os hace pensar en que queréis cambiar de app de mensajería, me gustaría plantearos que esa no es la solución (al menos no exactamente) y explicaros el porqué.
Os voy a dar la turra pero porque creo que el tema la merece:
Hace más de una década, mudé a la mayoría de mi familia a Telegram porque era mucho más privado y seguro. Llevaban un discurso de héroes de internet que nos creímos. Hace varios años salí totalmente de WhatsApp por la falta de privacidad que tiene la aplicación y perdí contacto con sorprendentemente poca gente. Al final, si hay una voluntad, hay una vía y la mayoría se mudó, me llama o hablaba por correo. ¡Se puede!
El caso es que hoy se presenta un dilema igual: ¿a qué aplicación nos movemos? Mi recomendación es... ¡a ninguna! El problema no es de las aplicaciones en específico, sino del concepto de aplicación (o "plataforma") en general. Como habitantes del fediverso, sabéis de qué hablo: la solución es la comunicación descentralizada. Las plataformas descentralizadas no pueden enmierdizarse porque su gobernanza es compartida. No están en manos de intereses económicos ni dependen de una empresa.
Recordatorio periódico de que la finalidad de las empresas no es mejorar el mundo, sino hacer dinero. En el caso de las aplicaciones de chat, vuestros mensajes son parte de sus activos y el coste derivado de vuestro uso, una obligación. Necesariamente la empresa tiene que cubrir obligaciones y lo va a hacer con los activos que posee.